lunes, 17 de marzo de 2008

No hay oficios, sino hombres innobles.


Un viejo barquero recibió en su barca a un eminente teólogo, y mientras lo trasladaba a la otra orilla, el engreído pasajero preguntó al humilde barquero.
- ¿Has estudiado la Biblia?
- No señor.
Entonces respondió el teólogo despreciativamente.
- Has perdido la mitad de tu vida.
Y el sencillo barquero, muy afligido guardó silencio, en esto entró un fuerte temporal que arrojó el bote contra los acantilados, el barquero entonces le grito al teólogo:
- ¿sabe nadar?
- ¡No! contesto el viajero, alarmado en ese caso.
- eminente doctor, toda su vida esta perdida...

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